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La llegada de los hijos: una nueva experiencia transformadora y significativa

Actualizado: 3 mar 2022

“La maternidad y la paternidad suelen sensibilizar y emocionar mucho, a la vez que enseñar y cambiar totalmente la perspectiva sobre la vida”. (Patricia Carambula, 2.013)



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El nacimiento de un hijo es un acontecimiento de vital trascendencia, es una experiencia transformadora y significativa que genera cambios y ocasiona crisis esperadas e inesperadas. El primer hijo constituye uno de los acontecimientos más importantes que enfrenta una pareja, formar una familia, involucrarse con alguien y asumir el ser madre y padre por el resto de la vida.

Con el hijo aparecen nuevos roles y funciones: madre, padre (función materna y función paterna); y con ellos los de la familia extensa: abuelos, tíos, primos, etc. Las funciones de los padres se diferencian para poder brindarle al niño la atención y cuidados que necesita.


La madre se unirá con el bebé, interpretando y descifrando sus demandas de calma, cuidado, protección, conocimiento del entorno y alimentación. Esta unión es natural y necesaria para la buena evolución de toda la familia. Durante este período el padre es un miembro activo del proceso de ajuste y adaptación a la nueva vida familiar, participando directamente de las nuevas actividades básicas cotidianas y del mundo emocional de si mismo, de la madre y él bebe.


La incorporación de un hijo en la familia provoca inevitablemente tensión en la pareja. Son frecuentes los reclamos, el cansancio de ambos padres, dificultad para ponerse de acuerdo en cómo y cuándo hacer las cosas. A veces esto es tomado con alegría y una oportunidad de aprendizaje y en otras aumentan los desacuerdos o los conflictos, entre los más frecuentes:


  • Persistencia de la unión madre-bebé a lo largo del tiempo.

  • Intolerancia por parte del padre de ocupar un lugar secundario en esta tríada durante los primeros meses.

  • Excesiva participación de la familia extensa en el cuidado del bebé, con la consecuente dificultad de los padres para adaptarse al nuevo escenario.

  • Cambio de identidad al asumir el rol de padres

  • Crisis de inclusión” de la pareja

  • Conflicto por dedicación del tiempo: hijos v/s pareja

  • Incorporación de la mujer al trabajo: distribución del tiempo laboral v/s familiar



La llegada de un hijo requiere de espacio físico y emocional, lo que plantea la necesidad de reestructurar los acuerdos que hasta ese entonces han venido vivenciando la pareja. Es así como Estrada (1994), plantea cuatro áreas a acordar o revisar: área de la identidad, la sexualidad, la economía y el fortalecimiento del yo.


En el área de la identidad:


  • Es importante que la pareja adquiera un nuevo anclaje de la relación emocional con el niño.

  • Se espera el apoyo mutuo para no perder el anclaje emocional entre ambos a pesar de la aparición de un nuevo miembro.

  • Lograr la seguridad de que existan cuidados y comprensión mutua para la diada madre-bebe y para el padre

  • Ampliar las creencias sobre la crianza y la educación de los hijos, construyendo nuevas dinámicas y pautas relacionales.


En el área de la sexualidad:


  • Se espera nuevos acercamientos de la pareja, entendiendo que las relaciones intimas se pueden alterar ante la inclusión del nuevo miembro de la familia.

  • Surgen las funciones de amamantamiento y la relación simbiótica con él bebe.

  • La capacidad maternal no es inagotable.

  • Existe un patrón idealizado de lo que debe ser un padre, por tanto, es necesario identificarlo y flexibilizarlo y así valorar su rol.

  • En ocasiones tener un hijo, favorece la intimidad de la pareja, estimulando la diferenciación y elaboración de diversas facetas de la personalidad de cada uno.

  • Los hijos facilitan el impacto social y cultural del ambiente a través de la escuela, de los amigos, de otras familias o grupos


Área de la economía


  • Resulta cada vez más difícil acomodarse a las demandas que la sociedad impone a una familia: casa, vestido, educación, transporte, viajes. Educarlos y formar un patrimonio a veces no resulta una tarea fácil. Las investigaciones evidencian que la presión económica es un factor de tensión y conflicto dentro del sistema familiar.

  • Es importante identificar el área económica afectada para poder definir cuales son las labores tanto en el trabajo como del hogar y ayudarle a cada quien a cumplir con los suyo y no confundir la problemática con falta de cariño, desinterés o perdida del deseo y propósito de formar una familiar.


Área de fortalecimiento del yo


  • Es creencia popular que el rol del padre y la madre se da simplemente porque sí, porque tiene enfrente un bebe. En su lugar debe aprender una gran variedad de comportamientos, además de su observación y conocimiento y consciencia en relación a la paternidad y maternidad

  • Aprender el rol de madre y padre, incluye el apoyo de la pareja, al grado que inclusive sea posible cambiar funciones cuando sea necesario.

  • Convendrá que cada quien pueda mantener la capacidad de expresar su individualidad y su identidad.

  • La llegada del primer hijo, generalmente intensifica la injerencia de las respectivas familias de origen, abuelos y tíos opinan y dan consejos, por lo que la pareja necesita estar solida para poner los límites.




Del mismo modo, es importante considerar, las vivencias de la historia personal de cada miembro de la pareja, ya que, a partir de ellas se puede visualizar el grado de diferenciación y de madurez psicológica de ambos que han alcanzado para la llegada de los hijos y los recursos con los que cuentan para la crianza. En este proceso influye el tipo de relación que cada miembro tuvo con sus progenitores durante la infancia y el grado de identificación con los mismos. Adicional a las creencias alrededor del significado de ser familia, ser hijo, ser padre, ser madre, la crianza e innumerables conceptos que rodean la paternidad y la maternidad en las diferentes fases del ciclo vital familiar.


En este contexto, para lograr el fortalecimiento de la pareja, ambos miembros deben poder llegar a acuerdos y reorganizarse en cuanto a la crianza, la paternidad, la intimidad, aspectos prácticos del hogar, la economía, el trabajo, la familia extensa, espacios individuales y sociales, fortaleciendo el vínculo, el anclaje emocional y adaptar la funcionalidad familiar al nuevo integrante. Con amor, empatía, comunicación, buena disposición, ingenio y creatividad, la pareja logrará integrar los grandes e inevitables cambios que impone la llegada de los hijos.





Bibliografia Sugerida


  • Acevedo, V. (2001). La perspectiva del ciclo vital: una lente para el trabajo con familias. Ponencia presentada en el IV Congreso Colombiano de Medicina familiar y salud familiar. Septiembre 19-22 del 2001, Cali-Colombia.

  • Estrada, L. (1994). El ciclo vital de la familia. México: Editorial Posada.

  • Hernández, A. (1997). Las parejas recién conformadas y familias con niños escolares. En: Familia, ciclo vital y psicoterapia sistémica breve. Bogotá: Editorial El Búho limitada.

  • Mónaco, N. (2009). La llegada del primer hijo a la pareja: el proceso de reorganización familiar. (tesis de pregrado). Universidad de Aconcagua, Facultad de Psicología. Argentina.

  • Kaplan, H., Sadock, B. & Grebb, J. (1994). El desarrollo humano a lo largo del ciclo vital. Págs. 17-90. En: Sinopsis de psiquiatría. Séptima edición. Buenos Aires: Editorial medica panamericana.

  • Shapiro, E. "Cambio individual y desarrollo familiar: La individuación como proceso familiar" págs. 231-259. En: Falicov, C. (1991). Transiciones de la fa­mil­ia: Continuidad y cambio en el ciclo de la fa­milia. Buenos Aires: Editores Amorrortu.

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